sábado, 31 de enero de 2009

(75) MARCOS BORREGÓN: "Soy Meera Malik"

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"Yo en lo que creo de verdad es en lo que uno puede hacer sin esperar nada de los demás. Creo en la acción directa. El trabajo de esta ONG es lo que es: sacar a los niños de la calle, del trabajo esclavo muchas veces, para que sean niños, para que hagan lo que les corresponde a su edad. Es estudiar, reirse, divertirse, hacer trastadas. Jugar en definitiva, y en el proceso también aprender. Creo en acciones pequeñas, si alguien tiene la capacidad de hacer algo y no lo hace, está perdiendo una oportunidad de ayudarse y ayudar. En general, supongo que hay de todo, pero no me atrevo a decir nada. La India es un país muy complejo por su demografía, hay mucha corrupción, es todo muy complicado, muy lento. Pero si quieres hacer algo hay que intentarlo".

(Marcos Borregón)


Mientras preparo una nueva entrada sobre el mundo de Bollywood descubro, quizá llevado por mi mala conciencia, este documental que mañana opta al premio al mejor corto documental en los premios Goya.

"SOY MEERA MALIK"
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Soy Meera Malik from marcos borregón on Vimeo.
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Un breve retrato de los barrios más pobres de Calcuta donde Marcos Borregón nos presenta a Meera y a sus compañeros de la "Tara School", colegio fundado por la ONG "Amigos de Tara".


En el "Blog de cine" podéis leer la entrevista completa, a la que pertenece la cita con la que abría la entrada y que Gabriel Ferreiro hace al autor de este corto:

Entrevista a Marcos Borregón


Y si queréis conocer algo más sobre el origen de este proyecto aquí va otro corto de Borregón:

"TARA SCHOOL", CALCUTA
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tara school. kolkata from marcos borregón on Vimeo.
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sábado, 24 de enero de 2009

(74) DE NUEVO EN DANZA

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Alessandra Ferri y Roberto Bolle fotografiados por Fabrizio Ferri

Como Boccanegra le ha cogido gusto a esto del ballet ( bueno, la verdad es que siempre me gustó) y como parece que en nuestra ciudad lo que se dice auténtica Danza, así, con mayúsculas, nunca vamos a tener la ocasión de disfrutar, aquí va una muestra de algunos fragmentos de auténtico nivel, de esos que cortan la respiración, que navegan por YouTube.

Y para comenzar, nada mejor que el ballet clásico por excelencia: "el lago de los cisnes". Y del segundo acto, este Pas D'action con Roberto Bolle y una increíble, casi irreal, diría yo, Svetlana Zakharova.
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Roberto Bolle

Svetlana Zakharova

De nuevo la Zakharova en el Pas de deux de "El corsario", en esta ocasión acompañada por Igor Zelensky.
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Otra pareja realmente prodigiosa: Alina Cojocaru y Johan Kobborg, nos ofrecen este Pas de deux perteneciente al acto II de Giselle.
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Ángel Corella

De la mano de uno de los mejores bailarines españoles, Ángel Corella, toda una lección de garra y virtuosismo en esta variación perteneciente al acto III del ballet Don Quijote. Realmente espectacular.
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La misma variación pero, en este caso, interpretada, y de forma no menos admirable, por un jovencísimo Daniil Simkin.
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Y, por lo bien hecho que está y por lo simpático que resulta, no puedo dejar pasar este otro vídeo en el que aparece mano a mano con su padre.
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Del ballet clásico del XIX al neoclásico de la primera mitad del XX. Quizá sea el "Romeo y Julieta" de Sergei Prokoviev su ejemplo más representativo. Aquí os dejo su momento más lírico, la famosa escena del balcón, con una pareja de lujo: Alessandra Ferri y Julio Bocca. Si el argentino está sensacional en todo el fragmento, es en el minuto 2' 2o" donde su baile alcanza toda la poesía y la elegancia que le caracterizan.

Fabrizio Ferri también fotografía a Julio Bocca
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Tanto Corella como Ferri y Bocca fueron en su día estrellas del "American Ballet Theater". Estos dos últimos fragmentos están incluidos en el DVD que véis en la imagen y que Boccanegra os recomienda.
Y, para terminar, quisiera dedicar este entrañable vídeo a nuestro anónimo aspirante a bailarín. Ves qué fácil es.
¡Animo y...a bailar!
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lunes, 19 de enero de 2009

(73) TEATRO MAESTRANZA: CASCANUECES (3) lo que dice Boccanegra

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¿PERO, DÓNDE ESTÁN LOS RATONES?

Impresionado aún por el comentario que una lectora anónima dejó en la entrada anterior del blog y en el que se lamentaba de que su hijo de siete años haya tenido que abandonar sus estudios de danza por "prejuicios sociales" me resulta doblemente emocionante la gran cantidad de niños presentes, tanto dentro como fuera del escenario, ayer en el Maestranza. Entre todos estos niños también estaba el hijo de Rosa, de tan sólo cinco años y que según cuenta su propia madre en la misma entrada (Rosa, gracias por tu colaboración) no hacía más que preguntar que dónde estaban los ratones.

Exterior de la residencia de Tchaikovsky en Klin, población situada a unos 85 km de Moscú y donde el compositor pasó parte de sus dos últimos años de vida

Y es que Youri Vàmos, una vez más, nos ha cambiado el cuento original de “el cascanueces y el rey de los ratones” no sabemos muy bien por qué. Si los directores de escena supieran el doble esfuerzo que para el público supone este tipo de experimentos se lo pensarían un poco más antes de llevarlos a la práctica. El doble esfuerzo que supone, en primer lugar, el olvidarse de lo que la música nos ha estado contando durante décadas, batalla de ratones incluida, y el intentar sustituirlo, segundo esfuerzo, por la nueva historia que ahora se nos cuenta. Historia, a mi modesto entender, que en nada beneficia al ballet y, mucho menos aún, a la música de Tchaikovsky, sobre todo cuando, por muchos esfuerzos gestuales de la compañía, durante la primera media hora de espectáculo a duras penas consigue uno enterarse de qué diablos está pasando.

Ya sé que está prohibido hacer fotos, pero el deber de informar me obliga

De esta forma el personaje que Clara simboliza, auténtica encarnación de la ingenua y genial música de Tchaikovsky, pasa a un segundo plano quedando totalmente eclipsado por el antipático Scrooge de Dickens y fulminando, de un solo golpe, todo el sentido del ballet que tanto esfuerzo y trabajo costó encontrar a su autor. Ballet que, por cierto, es constantemente mutilado, alterado en el orden de sus números y, lo que es peor, ballet que se ve obligado a repetir fragmentos enteros ya escuchados para poder dar coherencia al nuevo argumento.
Y todo esto para terminar, al final del primer acto, convirtiendo al cascanueces en…príncipe(!!), por cierto, quizá el momento más hermoso de toda la noche.

Y es que, en realidad ambos bailarines, Clara y el príncipe, protagonizaron en sus dos "Pas de deux" los mejores y más aplaudidos momentos de la representación. Eso sí, de la forma más discreta y anónima posibles gracias a la "detalladísima" relación de todos los miembros del cuerpo de baile incluida en el prolijo programa de mano.

Amaia llega al teatro


¿BALLET O MUSICAL?

Aunque Boccanegra no es un experto en el mundo de la danza, lo cierto es que lo visto ayer en el maestranza, en gran parte de los números que integran el espectáculo, me hizo recordar más un musical de Broadway que lo uno espera de un ballet, ya sea clásico, neoclásico o contemporáneo. Y Boccanegra pregunta: ¿es este tipo de coreografía la más apropiada para la música del compositor ruso? Así que no es de extrañar
que cuando, por fin, hizo acto de presencia el ballet con sus puntas, tules y leotardos, todo el espectáculo chirriara un poco ¿Demasiado pasticcio? Puede ser.

Sin duda alguna el mayor acierto de la noche, en lo que a la escena se refiere, corrió a cargo del equipo de iluminación con unos maravillosos efectos visuales conseguidos en los diferentes cambios de escena.


EL FOSO


Cuando los primeros comentarios que me llegaban de este montaje resaltaban la labor de la ROSS por encima del nivel general no me sorprendió lo más mínimo, no sería la primera vez que la magnífica labor de la sinfónica de Sevilla salvaba un espectáculo del desastre total. Sin embargo, ayer, nada más comenzar los primeros compases de la obertura los peores temores comenzaron a apoderarse de un servidor ¿Era esa orquesta la misma de la que tan orgullosos nos sentimos todos? Afortunadamente al pequeño desbarajuste inicial, debido en cierta medida al cansancio acumulado tras cinco días ininterrumpidos de función, dio paso con el discurrir de la noche a una orquesta más segura y con magníficas intervenciones de muchos de sus componentes. De entre todos ellos a destacar las de la siempre precisa Tatiana Postnikova a la celesta y, sobre todo, de una sensacional Daniela Iolkicheva al arpa.

Despacho de Tchaikovsky en Klin donde compuso parte de su "cascanueces" y de su sexta sinfonía

Interesante, y mucho más coherente que la de Youri Vàmos , me pareció la dirección musical de Martin Fratz, aunque discutibles son, a mi entender, las dimensiones de la plantilla de cuerda escogida por el maestro alemán, bastante reducida (10 violines primeros, un solo arpa en lugar de dos) y que al dejar a la orquesta con un número de miembros más propio de una orquesta de cámara propiciaron que algunos profesores, sobre todo los violines, pasaran los apuros a los que antes hacía referencia. Sin embargo, y creo que estas fueron las intenciones del director, estas mismas proporciones camerísticas fueron las que permitieron que las maderas, maravilloso el tratamiento que Tchaikovsky hace de ellas a lo largo de todo el ballet, sonaran con una claridad casi mozartiana durante toda la representación.
Lo que sí que creo que no es discutible, sino más bien algo cutre, fue el empleo del teclado eléctrico (efecto "chorus") sustituyendo al coro de voces blancas con el que se cierra el primer acto ¿Otro efecto de la crisis? ¿No se podía haber contado con las chicas del coro del teatro?

Al final, el simpático y encantador número, al son de la danza de los mirlitones, protagonizado por los pequeños alumnos del Conservatorio de Danza hicieron las delicias de todos dejando un agradable sabor de boca y el deseo de más ballet en el Maestranza.


Algunas fotos tras la representación:





jueves, 15 de enero de 2009

(72) TEATRO MAESTRANZA: CASCANUECES (2) Lo que dice la crítica

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Como Boccanegra no asistirá al ballet hasta la última representación, el domingo 18, vais a tener que esperar unos días para leer sus comentarios. Paciencia. Mientras tanto, aquí os dejo algunas de las críticas (y algunas imágenes) de lo poco, parece que el ballet no interesa mucho, que va apareciendo por la prensa digital.

Amayismo y Boccanegra van al ballet


Diario de Sevilla:

"Un alarde de fantasía y optimismo"

(por Rosalía Gómez)


Vàmos, famoso por sus versiones actualizadoras, ha unido el libreto original de Marius Petipa, elaborado a partir de un cuento de E.T.A. Hoffmann, con la narración de Charles Dickens Cuento de Navidad. La historia, como es obvio, ha cambiado a pesar de que sigue existiendo un cascanueces y una niña que lo convierte en su príncipe. Ya no hay ratones ni príncipes roedores, pero no falta ni uno sólo de los elementos que hacen bello -e irreal- cualquier mundo, por muy oscuro que sea: malos, como el avaro Scrooge, que se vuelven buenos y generosos, un simpático diablo con más plumas que cualquier ángel, niños deliciosos que nos contagian con sus travesuras -magnífica de verdad la colaboración de los del Conservatorio sevillano- bonitos vestidos, casitas como de chocolate, una estupenda cama voladora y, sobre todo, una música mil veces oída y añoche disfrutada sobremanera gracias a la briosa interpretación de la ROSS. Una música y unos cánones clásicos a los que el coreógrafo no renuncia en ningún momento a pesar de decantarse por una concepción muy teatral en la que sobresale, por encima de las piruetas o el virtuosismo, el carácter expresivo de la danza.



El cuerpo de baile de Düsseldorf es bastante desigual y las escenas de conjunto brillaron más por su carácter espectacular que por la brillantez de su conjunción o su ejecución, aunque es justo resaltar el trabajo de los bailarines en algunas de las danzas populares, esperadas y aplaudidas a pesar del cambio argumental, y claro está algunas intervenciones del Espíritu de la Navidad, amén de los pasos a dos de Clara y su Cascanueces, buen bailarín y magnífico porteador, muy aplaudidos en las variaciones de su última intervención.


Un mundo ideal donde reina la bondad, la belleza, la música y el optimismo. Casi lo opuesto de lo que nos rodea; tal vez por ello, y a juzgar por su sonrisa, el público disfrutó tanto entregándose un par de horas a la fantasía.


ABC
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En el ABC del día 14 encuentro esta entrevista a Youri Vàmos, director de la compañia.

«Si una compañía no puede bailar una pieza clásica, no es buena»

( Por MARTA CARRASCO)

Este apasionado del flamenco, húngaro de nacimiento, ocupa desde 1997 la dirección del Ballet de la Ópera de Düsseldorf, una de las compañías clásicas más importantes y longevas de Europa. Esta noche, en el teatro de la Maestranza, con algo de retraso, estrenan este cuento de Navidad que es el «Cascanueces» con música de Piotr Ilich Tchaikovski.

-Sí, es una lástima no haber podido venir antes hemos tenido funciones del «Cascanueces» como todos los años.

-¿Qué aportación hace su creación a este título clásico?

- Cada coreógrafo debe hacer una vez en su vida un «Cascanueces». Es una música genial, los bailarines lo aman y lo que es más importante, el público lo ama. El reto de cada función y del coreógrafo, es que el público debe recibir la fuerza de la música y de lo visual, eso es lo más importante en ballet. He tenido la sensación de estar a la altura de esta música y por eso he enriquecido el contenido acudiendo al Cuento de Navidad de Dickens.

Youri Vàmos

-¿Su propuesta conserva los valores tradicionales?

-Sí, por supuesto, en ella hay niños y transcurre en Navidad y se cuenta una historia en la que hay buenos y malos pero acaba bien. Este transfondo moral de la historia de Dickens lo eché de menos en la historia del Cascanueces por eso lo he aportado.

-¿Hay que ser un buen narrador de historias para hacer un ballet clásico?

-Hay algo muy importante y es que en un ballet no puede haber ni un segundo de aburrimiento y esa es la obligación de un coreógrafo o de un director de ópera. No puede haber bajones. El público tiene además que saber porqué están pasando las cosas. Sólo un minuto de aburrimiento, y la concentración del público se pierde. Ni se pueden hacer demasiadas cosas ni pocas.

La entrevista completa AQUÍ

lunes, 12 de enero de 2009

(71) TEATRO MAESTRANZA: CASCANUECES (1)

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Tchaikovsky en 1886

Щелкунчик Op. 71

DESPERTAR MUSICAL

De entre las muchas virtudes que podemos encontrar en la música de Piotr Ilich Tchaikovsky, y que me hace estar eternamente en deuda con él, una de las principales es la de haber ayudado a muchos jóvenes a iniciarse en el complejo mundo de la música, a aprender a amarla y a sentirla con auténtica pasión. En mi caso todo empezó gracias a ese “Cascanueces”, uno de los cuatro o cinco discos de clásico que había en casa, que un buen día se cruzó en mi camino y que, aún no sé bien por qué, tuve la ocurrencia de colocar en el tocadiscos. Luego vinieron, en mis años adolescentes, los primeros discos que entre la ilusión con que eran comprados, la ilusión que sólo se puede sentir a esa edad, y lo escaso de mi paga venían a convertirse en un auténtico tesoro, por supuesto, siempre compuesto por sinfonías y conciertos del compositor ruso ¿En alguna otra ocasión he vuelto a abrir un disco con la misma emoción?¿Alguna otra vez he sentido la música con ese arrebato casi enfermizo? No de esa forma. Muchos de los que estéis ahora leyendo estas lineas sabréis a qué me refiero.
De su mano llegué hasta Mozart, pues a estas alturas ya sabía que era su músico preferido, y este nuevo amor unido a nuevos descubrimientos me hizo ir olvidando poco a poco al autor y a las obras que tanto llegué a querer. Posteriormente, el contacto con la música de nuevos y más “prestigiosos” compositores, Bach, Wagner, transformó el olvido en indiferencia y ésta , con el paso del tiempo, en auténtico rechazo. De esta forma, y como un nuevo Pedro, renegué de mi maestro, pero en mi caso, en más de tres ocasiones y ahora, mientras mis oídos se entragaban a nuevas pasiones, el pobre cascanueces yacía roto por la ingratitud en el rincón más oscuro de mi discoteca.



Han pasado ya muchos años desde entonces y el tiempo, que siempre pone a cada uno en su lugar, ha devuelto al bueno de Piotr al lugar que nunca debió abandonar. Que no es el mejor sinfonista que haya existido, él nunca se tuvo por tal. Que su música de cámara carece de la profundidad que otras sí poseen, puede ser. Pero lo que nadie podrá negar es el infinito encanto que poseen sus melodías, a veces ingenuas, otras llenas de nostalgia, pero siempre frescas y con la cualidad, exclusiva de los más grandes, de ser recordadas y de permanecer con increíble facilidad para siempre en nuestra memoria. No es de extrañar, por tanto, que sea en sus ballets donde encontremos lo mejor de su producción y que, aunque el bueno de Tchaikovsky nunca quedara satisfecho del todo con el resultado obtenido con su nueva obra, siempre considerara a otro de sus ballets, "la bella durmiente", como su creación más lograda. Hoy, al escuchar de nuevo esta música, vuelve a mí una renovada emoción, una infinita nostalgia y el dulce recuerdo de aquel lejano día en el que, sin saberlo, comenzaba un largo viaje, el viaje más maravilloso que se pueda imaginar.

El "Cascanueces" se representa en Sevilla del 14 al 18 de enero.
Ballet de la ópera de Düsseldorff.
Coreografía Youri Vàmos
Martin Fratz dirige a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.



Del famoso andante maestoso, el Grand pas de deux perteneciente al segundo acto, podéis escuchar la estupenda transcripción hecha para el piano por Mijail Pletnev y que él mismo interpreta en esta grabación.
No sé si es cierto, pero existe la leyenda de que este fragmento fue el resultado de una especie de apuesta entre el compositor y un amigo suyo. Por lo visto el amigo desafió a Tchaikovsky a componer una pieza donde aparecieran los siete grados de la escala diatónica pero de manera sucesiva. El músico aceptó la propuesta limitándose a puntualizar si dicha escala debía ser ascendente o descendente. Cierto o no, el resultado, con tan sencillo punto de partida, no pudo ser ni más hermoso ni más emotivo.



Si queréis la suite completa del Cascanueces-Pletnev pinchad:


En YouTube otro pianista ruso, el joven Nikolai Tokarev, nos ofrece esta otra magnífica versión: ---

sábado, 3 de enero de 2009

(70) STRAUSS: LOS TRES REYES MAGOS

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Richard Strauss (1864-1949)




Die heil'gen drei Kön'ge aus Morgenland,
Los tres Reyes Magos del Oriente
Sie frugen in jedem Städtchen:
Van preguntando por todas las casas:
"Wo geht der Weg nach Bethlehem,
“¿Por dónde queda el camino de Belén,
ihr lieben Buben und Mädchen?"
queridos jóvenes y muchachas?


Die Jungen und Alten, sie wußten’s nicht,
Ni los niños ni los viejos saben decirlo,
Die Könige zogen weiter;
Y los Reyes continuan su camino;
Sie folgten einem goldenen Stern,
Siguiendo una dorada estrella,
Der leuchtete lieblich und heiter.
De jovial y precioso brillo.


Der Stern blieb stehn über Josephs Haus,
El astro sobre la casa de José se posa.
Da sind sie hineingegangen;
Y hacia su interior el paso adelantan;
Das Öchslein brüllte, das Kindlein schrie,
Un pequeño buey muge, el niño llora,
Die heiligen drei Könige sangen.
Y ya los tres Reyes Magos cantan.

(Traducción: Boccanegra)


Jacques Daret (1435)

Compuesta en octubre de 1906 y entre las dos óperas decididamente más expresionistas de su autor (Salomé-1905 y Elektra-1908) esta canción marca el final de la primera etapa como liederista de Richard Strauss. Publicada como la última de sus seis canciones para voz y piano Op. 56, podemos observar, sin embargo, con toda claridad y sin miedo a equivocarse, el evidente origen orquestal con el que su autor concibe toda la pieza y que nos recuerda, con cuarenta años de diferencia, el origen de sus famosos cuatro últimos lieder. Con posterioridad, y a pesar de este carácter sinfónico, el lied aperecería incluído, como ya dijimos, junto a sus cinco hermanos en su reducción pianística.

Heinrich Heine (1797-1856) retrato de Amalia Keller (1842)
Museo Pushkin, Moscú



El encantador e ingenuo poema de Heine es descrito por Strauss con la misma sencillez y ternura que encontramos en el texto de su compatriota y en un estilo radicalmente diferente al más desgarrado que discurre por los pentagramas de su ópera Salomé.
Aquí toda la partitura está bañada por la radiante luminosidad que se desprende de la tonalidad principal, Do Mayor. Ni siquiera el breve preludio orquestal, en un más misterioso que sombrío do menor, es capaz de enturbiar toda la magia que emana de la música. Del mismo modo, incluso las más agresivas disonancias con las que la magnífica orquesta de Strauss nos describe los mugidos del buey y el llanto del niño no hacen sino aumentar el encanto de la canción. Para el final Strauss nos regala un hermosísimo y extenso postludio de exuberante orquestación y que nos trae a la memoria ese otro encanto de música que es el “Hänsel und Gretel” de Engelbert Humperdinck y que el propio Strauss -¡qué bien conocía esta música!- había dirigido en su estreno el día 23 de diciembre de 1893 en Weimar.


Aquí os dejo las dos versiones de la canción.













En la pianística, la voz de Christine Brewer y el piano de Roger Vignoles, y en la orquestal, la soprano Anna Tomowa-Sintow magistralmente dirigida por Karajan.

DIE HEILIGEN DREI KÖNIGE AUS MORGENLAND OP. 56/6

Strauss dedicó esta hermosa canción a su madre y Boccanegra, en vísperas de este día de Reyes que tantos recuerdos de la infancia nos trae, desearía compartirla con todos vosotros.

Feliz día.



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